catalina valencia Paris 2009
aguilas pecadoras
El canal
National Geografic presentó un programa que mostraba cómo hacen las
águilas para atrapar peces en los lagos. Vuelan muy alto sobre el lago, ,
y su visión es tan aguda que localizan con facilidad al pez que quieren
pescar. Al verlo, doblan las alas hacia atrás y se lanzan directamente
hacia él a gran velocidad. Al llegar al agua, extienden las alas, abren
las garras, asen al pez y vuelven a la playa.
En ese programa, mostraron una película que presentaba un hecho poco común. Un águila se sumergió apara atrapar al pez; pero, el pez era muy grande. Al comenzar a levantar el vuelo, el águila hacía un esfuerzo muy grande. El pez era pesado y ella no lograba soportar su peso.
Dándose cuenta de que no podía con su presa, trató de soltar al pez. Pero sus garras habían penetrado tan hondo en sus carnes que no podía sacarlas. Luchó mucho, pero no tuvo éxito. Comenzó a caer al lago, ahogándose, porque no pudo librarse de la caza que había atrapado.
Muchas veces, nosotros nos aferramos de cosas que pueden ser peligrosas. Escogemos malos amigos, malos programas de televisión, alimentos dañinos. En fin, nuestras elecciones acaban siendo demasiado pesadas y grandes para nosotros.
Al principio, creemos que tenemos el control, y que podremos apartarnos del mal cuando lo deseemos. Pero, sin darnos cuenta, eso se transforma en un hábito. Cuando un día tratamos de librarnos y de salir, descubrimos que estamos demasiado agarrados de las malas costumbres. ¡Estamos descontrolados!
Lo mismo que le pasó al águila que no consiguió librarse del pez y murió ahogada, puede pasarnos a nosotros; y cuando nos acordemos, será demasiado tarde para abandonar el mal; ciertamente pereceremos juntamente con él. A veces, los malos amigos nos llevan a hacer cosas que no haríamos si no anduviéramos con ellos.
En Hebreos 12:11 leemos que debemos librarnos de todo peso del pecado que nos acosa.
Así que ¡manténte despierto!
Efesios 5:11
No tomen parte en las cosas inútiles que hacen los que son de la oscuridad. DHH
Historias Inolvidables, Editorial APIA
En ese programa, mostraron una película que presentaba un hecho poco común. Un águila se sumergió apara atrapar al pez; pero, el pez era muy grande. Al comenzar a levantar el vuelo, el águila hacía un esfuerzo muy grande. El pez era pesado y ella no lograba soportar su peso.
Dándose cuenta de que no podía con su presa, trató de soltar al pez. Pero sus garras habían penetrado tan hondo en sus carnes que no podía sacarlas. Luchó mucho, pero no tuvo éxito. Comenzó a caer al lago, ahogándose, porque no pudo librarse de la caza que había atrapado.
Muchas veces, nosotros nos aferramos de cosas que pueden ser peligrosas. Escogemos malos amigos, malos programas de televisión, alimentos dañinos. En fin, nuestras elecciones acaban siendo demasiado pesadas y grandes para nosotros.
Al principio, creemos que tenemos el control, y que podremos apartarnos del mal cuando lo deseemos. Pero, sin darnos cuenta, eso se transforma en un hábito. Cuando un día tratamos de librarnos y de salir, descubrimos que estamos demasiado agarrados de las malas costumbres. ¡Estamos descontrolados!
Lo mismo que le pasó al águila que no consiguió librarse del pez y murió ahogada, puede pasarnos a nosotros; y cuando nos acordemos, será demasiado tarde para abandonar el mal; ciertamente pereceremos juntamente con él. A veces, los malos amigos nos llevan a hacer cosas que no haríamos si no anduviéramos con ellos.
En Hebreos 12:11 leemos que debemos librarnos de todo peso del pecado que nos acosa.
Así que ¡manténte despierto!
Efesios 5:11
No tomen parte en las cosas inútiles que hacen los que son de la oscuridad. DHH
Historias Inolvidables, Editorial APIA